lunes, 9 de julio de 2007

FAHRRADFAHRER


Hacia mucho tiempo que no iba en bici como hoy. Me he cruzado el sur de Berlín desde Kreuzberg hasta el Ikea de Tempelhof, sin saber exactamente donde estaba, y luego he vuelto a casa por otro camino (que ha resultado ser más corto).

Más o menos me he enterado de como van aquí los semáforos, los carril-bici y los coches.
A ver, para los que vais en bici por Barcleona... cómo os lo explico.. aqui el 80% de las calles tienen carril bici. Y las que no lo tienen es porque no pasa ni dios. Esta sí que es una ciudad para ir en bici sin molestar a la gente que va andando, no como en Barcelona, que los ciclistas molestan más que otra cosa.
Que lo sepais, aunque ahora yo también vaya en bici, os sigo odiando ciclistas de Barna!

Los semáforos aquí son curiosos. Porque en la parte este de la ciudad los muñequitos son muy característicos.. y porque van a su rollo. Para cruzar una calle es muy común que tengas que cruzarla en dos tiempos porque los semáforos para peatones en las calles grandes suelen ir desacompasados. Supongo que porque hay que coordinar más cosas que en otras partes. Aquí un semáforo coordina el paso de peatones, ciclistas (tenemos nuestros propios semáforos, que no siempre coinciden con el tráfico), coches y tranvía.
Y como hay tantas cosas que controlar, empiezo a entender por qué la gente se para en los semáforos y los respeta pacientemente (peatones inclusive). Da igual que no haya ningún coche a la vista o que la calle esté vacía, un berlinés respeta los semáforos.
A ellos les es fácil, lo llevan en los genes.. pero a mí me cuesta evitar la tentación de saltarme alguno (cuando voy a pie) y eso casi le cuesta la vida a una pelirroja...
Estaba hace unos días (parecen 15 pero son solo 2) por Prenzlauer Allee y de repente un semáforo. Me paré, miré y no venia nadie, había una pelirroja a mi lado y como hay tantas, pasé de ella y crucé la calle. Se ve que tuvo envidia o pensó que ella también podía infringir las normas y cuando yo ya había cruzado en rojo, ella hizo lo mismo. Me enteré porque oí un pito, un frenazo y unos insultos en alemán. Casi la pilla un coche por intentar emular mi hazaña... claro, me imagino a un alemán intentando cruzar la calle Molino de Esplugues.. y sería divertido, o un drama. Nosotros tenemos un sexto sentido para intuir el tráfico que ellos no tienen porque llevan años respetando los semáforos. Así que he decidido no saltarme más semáforos para no matar a ninguna pelirroja.

PD: Voy hablando alemán cuando puedo. Es increíble como he mantenido algunas conversaciones, y lo mucho que entiendo por la calle y en las tiendas.. Eso sí, espero sonar mejor que el presidente del Madrid cuando lo hablo... dios! qué vergüenza!

1 comentarios:

Blogger Rotor ha dicho...

jajajaja! me he reido mucho man con lo de los semaforos!...tu luciendo la bravura española delante de una pobre pelirroja!jajaja...muy bueno
saludos

11 de julio de 2007, 3:05  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio